Y aún puedo sentir mis manos sobre tu cara, acariciando tus parpados, enredando tu pelo, sentirme besando tus labios con esa mezcla de dulzura y emoción.
Puedo sentir claramente la liviandad del aire a nuestro alrededor, la ilusión en tu mirada, el desconcierto en la mía…
La atmosfera fría del teatro en Rusia (o quizás en Rumania, Lituania o Finlandia…) y la canción que sonaba de fondo, esa que acompañábamos
cantando, sin despegarnos el uno del otro ni un segundo…
Puedo ver a la gente marcharse, como sombras, como manchas que se mueven cerca nuestro.
Aun llevo grabada en mis oídos tu voz diciendo a coro con los Beatles “All i want, is you” y mi sonrisa casi instantánea que fotografiaste con un beso…
Tus manos en mi cintura, mis brazos en tus homb
ros y el aire que rozaba mis pies en cada vuelta…
Si, aun siento cada instante.
Aún cierro los ojos para encontrarme en tu mirada y me toco la cara para sentir tus rasgos…
Aún llevo en carne viva cada sutil momento de felicidad, felicidad tan eterna como efímera, tan maravillosa como irreal, felicidad presente...
Tan presente como el hecho inevitable de que estoy enamorándome de vos.
