Se cierra una puerta tras su paso, y el alma se le estruja contra el pecho.
Tiene lágrimas entre las pestañas y hace fuerza para no dejarlas caer.
El tiempo ha llegado y la chica con el vaso de agua debe recoger las valijas que esperan impacientes junto a la puerta y emprender un nuevo viaje.
Por su mente corren cual diapositivas muchos momentos de su vida, momentos de paz, momentos de amor y también de tristezas. Insomnios, noches en vela, risas, música, personas, lugares.
Por primera vez en su vida, dice adiós a la casa que la acuno durante estos 18 años y con ella, a su infancia.
“Nunca hay un adiós total…” recuerda y esboza una sonrisa sabiendo que volverá. Volverá para sentir ese abrazo sincero de cada amigo que deja en su pueblo, volverá para acariciar con devoción las arrugas del abuelo, para ganarle sonrisas a la abuela, para apretar con fuerza sobre su pecho a mama.
Volverá, porque siempre llevara en su alma un pedazo de ese lugar, porque ese lugar tampoco la olvidara.
Hecha un ultimo vistazo para verificar si esta vez no olvida nada y suspira un poco, mientras disimula su nostalgia, la nostalgia inevitable que producen los finales.
Y del otro lado… del otro lado el infinito. El futuro, la ciudad, los libros, lo desconocido.
Se embarca la nueva aventura y toma el último colectivo que sale de la estación…
Atrás quedaran tantas cosas, pero su alma de aire la empuja hacia adelante, siempre hacia adelante.
Respira profundamente y sonríe. Sonríe porque sabe que no va a olvidar y quiere creer que será recordada.
Quien olvida tanta vida? Quien le quita lo bailado? Quien le mata los recuerdos? NADIE.
La chica con el vaso de agua emprende hoy un nuevo viaje, vuela como siempre a un destino desconocido, con ganas de vivir, de aprender, de crecer.
Saluda con la mano desde la ventanilla y cierra los ojos…
“Hoy es siempre todavía...”
Mis queridos amigos: Hoy emprendo un viaje al resto de mi vida. Dejo mi ciudad natal para comenzar mis estudios universitarios en la ciudad de La Plata. Estas simples palabras inconexas no expresan ni la mitad de lo que siento… pero mi alma esta tan atiborrada de sentimientos que no deja a mi cerebro armar frases concretas. Este adiós no es un adiós total… siempre estaré volviendo, queda mucho de mi acá, sin embargo significa un paso importante. A partir de hoy cambian muchas cosas, espero vivirlas de la mejor manera, siempre disfrutando, siempre adelante! Se me dificultara escribir y mas aun publicar, hasta que recupere mi computadora (espero que sea pronto). Muchas gracias a todos por permanecer ahí siempre. Mas allá de las distancias esta blogosfera nos permite conocernos mediante nuestros escritos que reflejan ni mas ni menos que nuestros mas profundos sentimientos y gracias a esto pude conocer a personas maravillosas!
Les dejo un enorme beso, colmado de gotitas de agua!
Lucía.