No le gusta sentir la ropa pegada al cuerpo, ni los días húmedos de verano…
Le gusta fumar un cigarro en el balcón de vez en cuando y bailar sola hasta caerse.
No le gusta cerrar las cortinas, ni hablar después del sexo.
Le gusta escuchar la radio al atardecer y que el locutor/a diga: “para vos que estas volviendo a casa después de una larga jornada”… aunque ella halla estado todo el día en casa.
No le gustan los piropos, ni levantarse después de la 1 de la tarde.
Le gusta el expresionismo, el surrealismo, el romanticismo y los abstractos.
No le gusta planificar, pero ama las agendas.
Le gustan las ventanas.
Le gustan las estaciones, puertos, terminales y aeropuertos. Detesta las despedidas, pero le gustan los adioses.
Isabel es una mujer de la que te podes enamorar. Una, dos, mil veces.
Tiene el pelo hasta la cintura un día, y al siguiente, sin avisarte, se rapó. Y le queda mal. Pero no le importa.
La piel morena, como si el sol la hubiese elegido para broncearla cada día de su vida.
Flaca, tísica. De esas mujeres a las que podes contarle cada hueso por sobre la piel.
Tiene los ojos negros y los labios carnosos.
Ama la música, no solo le gusta, sino también siente una profunda admiración y respeto. Escuchar música y bailar sola, son como rituales para ella.
Vive la vida como quiere y como lo siente, no como se lo explicaron
Isabel sabe mucho de todo y a la vez, no sabe nada de nada.
Disfruta la vida por el solo hecho de vivir, aunque a veces no aguanta sus ganas de desaparecer, no morir. Solo desaparecer, un tiempo, unos años…
Directa, neurótica, maniática, pero jamás histérica.
Es una fuera de foco, una sin sentido y probablemente algo mediocre.
Quizás te cuente su filosofía de vida, pero jamás podrías dejar de pensar en ella.
A lo mejor la encontrás alguna vez caminando en la calle, sentada en una plaza respirando, mirando al cielo o quizás vaya en bicicleta hablando sola.
Le encantaría ser actriz, tiene la teoría de que son las personas mas afortunadas del mundo, ya que pueden vivir muchas vidas en una. Y para ella no hay nada mejor.
Le cuesta decidir, pero decida como decida, jamás se arrepiente de sus decisiones. No cree en el arrepentimiento, ni en el feng shui, ni en la teoría del destino completamente preparado.
Piensa que hay un destino, pero que varía según lo que vayamos haciendo.
Tiene la certeza de que haga lo que haga, antes de morir va a pilotear por lo menos un aeroplano.
Le fascina cumplir años, pero por sobre todo, cumplir momentos.
Elige sentirse bien estando sola, pero no hay nada que no cambie por un rato al lado de un hombre al que ame, el problema es que no tiene uno.
Cree que los ex’s son amor del pasado, y que no es saludable que amor del pasado sea un “algo” en el presente.
Si te habla con profundidad no vas a poder reaccionar.
Quizás le cueste un tiempo hacerlo pero, cuando lo haga, no vas a tener opción. Solo la vas a escuchar y la vas a mirar con admiración, sin poder creerlo y sin poder decir nada, mientras piensas que has hecho para merecer conocer a una persona como ella.
Sabes? Quizás en alguna otra vida Isabel y yo fuimos la misma persona, tenemos mucho en común.
Excepto los rasgos físicos, y lo que ella le produce a los demás.
Y hay además, un pequeño detalle…
de mi jamás te podrías enamorar.
